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Una cochinilla de dos centímetros. En el
omoplato izquierdo de Valleray y en el de Lina.
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¿Cómo si llevara una especie de insecto gordo
pintado en la espalda?
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No quisiera fastidiarte como Danglard, pero la
cochinilla no es un insecto. Es un crustáceo.
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¿Un crustáceo? ¿Cómo una gamba, quieres decir?
¿Una gamba sin agua?
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Una gamba terrestre, sí. Prueba de ello es que
tiene catorce patas. Los insectos tiene seis. Por eso las arañas, que tiene
ocho, tampoco son insectos.
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¿Me estás tomando el pelo? ¿Estás intentando
decirme que las arañas son gambas de
tierra?
Al tiempo que Veyrenc abría
los caminos de la ciencia a Adamsberg, se preguntaba por qué el comisario no
reaccionaba ante la noticia de que Hippolyte y Lina fueran hijos naturales de
Valleray
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No, son arácnidos.
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Eso modifica alguna cosa- dijo Adamsberg-, pero
¿qué?
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No modifica demasiado la visión que se tiene de
la cochinilla. Es un crustáceo que no se come, eso es todo.
Apasionante sin duda el mundo de los invertebrados y el de los artrópodos concretamente. No los despreciemos porque a ellos pertenece los crustáceos, entre los que se encuentran algunos de los manjares más ricos que existen. No me termina de cuadrar que la cochinilla tenga catorce patas siendo un crustáceo. Aprovecho para recomendar el libro, primero que yo he leído de la serie del comisario Adamsberg pero que en realidad es el último de más de diez.