Así
pues, los invito a considerar, como una analogía sugerente, la
acción que tiene lugar cuando un finísimo fragmento de platino se
introduce en una cámara que contiene oxígeno y sulfuro bióxido.
(...)
La
analogía era de tipo catalítico. Cuando los dos gases previamente
mencionados, se mezclan en presencia de un filamento de platino,
forman sulfuro ácido. Esta combinación sólo puede realizarse si el
platino está presente; sin embargo, el nuevo ácido formado no
contiene absolutamente nada de platino, y el platino no ha sido, en
apariencia, afectado; ha quedado inerte, neutral, invariable. La
mente del poeta es la hebra del platino. Puede operar parcial o
exclusivamente sobre la experiencia del hombre mismo; pero, mientras
más perfecto sea el artista, tanto más completamente separados en
él, estarán, el hombre que sufre y la mente que crea; y con más
perfección digerirá la mente y transformará las pasiones, que son
sus materiales.
Pues el propio texto explica la naturaleza de la analogía, poco se pude añadir. Efectivamente los catalizadores quedan intactos al final de la reacción, solo hacen posible que la reacción transcurra por una camino más favorable, más rápido.
De Eliot y los poetas me gusta otra cita sobre los malos poetas: “De
hecho, el mal poeta es generalmente inconsciente donde debería ser
consciente; y consciente donde debería ser inconsciente”, que yo apliqué a la inversa para alabar los últimos discos de Kiko Veneno