lunes, 27 de abril de 2015

SOBRE LA BELLEZA (ZADIE SMITH) Y EL DESENCUENTRO ENTRE CIENCIAS Y LETRAS

Al otro lado de Howard, una muchacha tímida y feúcha del Instituto Tecnológico de Massachusetts, de visita en Wellington, trataba de explicarle la física experimental que ella estudiaba. Howard hacía cuanto buenamente podía por escuchar mientras comía, y formular preguntas que mitigaran el efecto del franco desinterés de Victoria, pero al cabo de diez minutos agotó las preguntas plausibles, y al fin la terminología intraducible de dos mundos dispares trajo el desencuentro entre la joven física y el historiador del arte


La buena voluntad de Howard se agradece,pero se ve que no es suficiente. Creo que hay plastas en ambos mundos, en ciencias y en letras, como cantaban los Stones It´s the singer, not the song. Ahora bien, creo que hay más posibilidades de dar la castaña al prójimo cuando uno habla de algo que no es lo suyo pero que acaba de descubrir, o que no es su profesión pero es su hobby.
Por ejemplo, un científico que hace versos, o un hombre de letras que ha leído en el suplemento dominical de un periódico un artículo sobre la clonación o algo así. Del propio trabajo uno debería ya estar harto. Luego el científico es pesado y cursi cuando habla de letras (valga este blog como ejemplo) y el hombre de letras desvaría hablando de ciencias.
En cualquier caso, antes de tirar la toalla con el compañero de mesa conviene, como el buen Howard, agotar las preguntas plausibles

7 comentarios:

  1. El texto expresa de manera clara y eficaz, aunque la experiencia que narra termine en fracaso, el propósito del blog que con tanto acierto usted dirige, mi querido amigo Partre. Sin embargo, el texto valora la buena disposición de los interlocutores, que es condición imprescindible, así como su buena voluntad, o el afán instructor en un caso y el no menos afán de oir en el otro, las preguntas sobre lo que se ignora, ¡si todo ello parece un manual de instrucciones sobre cómo dialogar! . Y sin embargo, no acaba bien, como tampoco acaban bien la mayoría de los diálogos socráticos, (no hemos llegado a nada, seguiremos otro día, etc. dicen en ellos) realizados con las mejores intenciones de racionalidad y desinterés.
    En las observaciones que usted hace sobre los casos de encuentros, y las palizas y y las petulancias que algunos aprovechan abusando de sus oyentes, hay una gama variada de casuistica, médicos humanistas (los de más tradición), de humanistas epistemólogos, epistemólogs anarquistas, un variado plantel de gente con amplios intereses y que saben, como dice un conocido mio, de omni re scibili.
    Atentos saludos
    Atentos saludos

    ResponderEliminar
  2. Estimado Basin
    "No hemos llegado a nada", "seguiremos otro día", son frases aplicables a cada reunión de varias personas, en el ámbito educativo pueden pronunciarse tras un claustro, una reunión de tutores o una evaluación.
    ¿Significará eso que no merece la pena reunirse?
    Efectivamente a los médicos se les reconoce una formación humanística, se dice en 'Amanece que no es poco9', ¿por qué será?
    La buena disposición de los interlocutores, como usted dice, es una variable a tener en cuenta por las personas que organizan la distribución de las mesas de una boda. En mucho casos, los que tienen buena disposición y un gran número de preguntas plausible son penalizados situándolos al lado de los personajes más difíciles, así es la vida, no se puede ser bueno.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Ser plasta o estar notablemente capacitado para dar la castaña, en mi humilde conceto, tiene poco que ver con dialógos entre los mal llamados de Ciencias o de Letras.Es más bien una cansina propensión a hablar de sí mismo con tales pormenores y desahogamiento que más que aburrir irrita al otro.
    Otra cuestión es qué conocimientos son de ciencias o de letras; por ejemplo todo eso de ciencias políticas, económicas, sociales, empresariales, sanitarias es tan resbaladizo que a ver quien no escribe una novela o unos versos. En una entrada de este blog se habló de Juan Benet, que hacía puentes y escribia novelas algo ladrilleras. Por la parte de Letras no encuentro ningún ejemplo similar.

    En la novela el amigo Howard no encontraba la pregunta adecuada porque estaba pendiente de la displicente Victoria y no estaba en lo que debía estar, y la pobre chiquilla que se daría cuenta, estaría pensando :anda y dale la castaña a tu madre, cursi repollo.

    ResponderEliminar
  4. Dear woman
    Así es. Lo que ocurre es algo parecido a los escritores que empiezan a escribir en otro idioma distinto al materno, a mitad de su carrera. Esto creo que se lo leí a Arhtur Koelster. Hablaba del peligro de que uno se emocione y se crea que está haciendo construcciones nueas (que son efectivamente nuevas para el autor) pero que son ya rancias en el idioma. Algo parecido podría pasar con el plasta que trabajo el campo opuesto al suyo.
    De Juan Benet hay algunos párrafos que no soy capaz ni de ponerlos aquí. En el cuadernito donde anoto los textos de las novelas, pongo:"en las páginas tal y tal tremenda castaña geológica", no me siento capaz de trancribirla. Y que me perdonen los partidarios de Juan Benet
    See you

    ResponderEliminar
  5. Adivinanza de vez en cuando
    (Enhorabuena a la ganadora, la sabia Agnes , pues la novela era El obispo leproso de Gabriel Miró, natural de Orihuelica del Señor y por ende paisano de Miguel Hernández. Buenas pistas las que añadió otro sabio )
    1.-
    Aquí salimos de España, no digo nada pero lo digo todo pues la obra de la que tratamos se la considera la primera "roman-fleuve" del siglo XX. Y el autor se vió bien recompensado con su pedazo de premio
    2.-
    En diez tomos el autor que tiene nombre de torneo de tenis nos relata las aventuras y desventuras de una criaturica desde sus seis o siete años, genio de la música, gran compositor y alma libre a imagen del Werther de Goethe. Cada tomo es una parte de su vida.
    3.-
    Y en esta vida van saliendo los personajes intelectuales europeos de finales del XIX y principios del XX y la antesala de la primera guerra; así estaban las cosas.

    ResponderEliminar
  6. Muy oportuno el comentario acerca de los pobres "sufridores" de las bodas, aunque en este caso no sólo son éstos los sufrientes sino incluso los novios que en bastantes ocasiones deben dejar de lado sus propios planes ante las quejas e incluso exigencias de las respectivas familias. En fin, es mejor siempre aceptar el papel de sufridor que el de tirano, aunque me temo que no haya mucha gente que sea de esta opinión.
    Coincido con woman cuando dice que no encuentra ningún ejemplo de persona de letras que aspire a entrar más o menos seriamente en el mundo de las ciencias. Son dos mundos tan distintos que parece que fueran agua y aceite y no se pudiera llegar a una verdadera disolución. Claro que esto ocurre en un sentido pero no en el contrario, al menos dentro de aquello que, sin ningún fundamento científico ni atención a encuesta o estudio alguno,,hemos generalizado sin encomendarnos a Dios ni al diablo. Y ¿por qué ocurre de este modo un tanto extraño? Me gustaría saberlo.

    ResponderEliminar
  7. Pues sobre la adivinanza vuelvo a estar bastaste despistado
    Y saludos al anónimo (Evanesc?) y gracais por sus reflexiones sobre el tema que nos ocupa y sobre la preferencia del martirio respecto de la tiranía

    ResponderEliminar