Al habla el autor de este blog: estoy escribiendo un diario durante el año 2012. Y ahora estoy leyendo 'El oficio de vivir', el diario de Pavese; cuando los comparo me parece que el mío no puede ser más frivolón y superficial. Pavese pertenece a la estirpe selecta de los poetas suicidas, ¿pero qué otra cosa podría hacer con este aspecto, de pelazo y gafotas encendiendo la pipa?
Yo a Cesare Pavese, de haber podido le hubiera recomendado que hiciera ejercicio por su Piamonte, en lugar de autocitarse y analizar sus poesías demasiado. Una cosa que me gusta de sus diarios es que habla de sí en tercera persona, pero con minúsculas y se dice, ánimo, pavese y cosas así, esto yo me lo copio y me digo: vamos jean sol, vamos...
En un epígrafe de unas oposiciones que estudié había que hablar de la visión negativa que a veces se tiene de la ciencia en la sociedad, de conocerlo entonces, hubiera colocado este texto:
Yo a Cesare Pavese, de haber podido le hubiera recomendado que hiciera ejercicio por su Piamonte, en lugar de autocitarse y analizar sus poesías demasiado. Una cosa que me gusta de sus diarios es que habla de sí en tercera persona, pero con minúsculas y se dice, ánimo, pavese y cosas así, esto yo me lo copio y me digo: vamos jean sol, vamos...
En un epígrafe de unas oposiciones que estudié había que hablar de la visión negativa que a veces se tiene de la ciencia en la sociedad, de conocerlo entonces, hubiera colocado este texto:
29 de marzo de 1940
Debes reconocer que las magníficas promesas de la ciencia futura te
aterran y de buen grado las verías abortadas. No a causa de que la ciencia cree
mortíferos armamentos (siempre se encontrará la defensa equivalente; y, en
cualquier caso no es que la ‘matanza’ de los hombres te desagrade; venimos al
mundo para morir), sino porque la ciencia podrá proporcionar un día tales
medios de control sobre la vida interior (‘sinceruty test’, esterilización,
etc) o sucedáneos del propio individuo (‘robots’’) o intervenciones en la
actividad interior y física individual (inoculación de esperma artificial,
clasificación de las aptitudes, control estadístico de los gestos a lo Taylor,
etc.) que la vida ya no valdrá la pena de ser vivida. La conclusión típica de
las novelas de anticipaciones, en efecto, tras una descripción del mecanismo
controladísimo de aquella vida, un ‘climax’ de estar hasta los cojones que hace
que las masas se desencadenen matándose y enloqueciendo, con tal de escapar de
la pesadilla. En suma, morir (sea por espada, sea por rayo mortal) no es nada;
vivir científicamente parece espantoso. Un consuelo es el pensamiento del 25 de
octubre del 38